Descarbonización; una transición amigable con el gas natural. 

Para lograr un proceso exitoso en la transición energética en México a energías limpias y renovables es fundamental el uso de gas natural, en cierta parte para sustituir a los hidrocarburos más contaminantes, en lo que la tecnología, las políticas públicas y la apertura a energías más limpias maduran y toman el papel protagónico. 

Este recurso es de interés para satisfacer la demanda energética y el inminente desarrollo del nearshoring (reubicación que hace una empresa de sus procesos comerciales o productivos a países que se encuentran más cercanos a su principal mercado generando costos más bajos), ya que tiene probada su fiabilidad, seguridad y compatibilidad con el medio ambiente, además, es la fuente más económica proveniente de los combustibles fósiles siendo tres veces más barato que el combustóleo y ocho veces que el gas LP. 

Para el desarrollo sustentable el gas natural tiene mayor relevancia, debido a que más de la mitad (60.4%) de la generación de energía eléctrica fue por gas natural en abril del 2024 (gráfica 1), y con una emisión (tonelada de CO2/hr) de 2 y 2.4 veces menor a tecnologías como la carboeléctrica y combustión Interna respectivamente, sin embargo, es importante contar con un plan de desarrollo de gas natural para garantizar un sustento económico y ecológico en el sector eléctrico e industrial. 

 Gráfica 1. Participación por tecnología en la generación de energía eléctrica (abril 2024). 

 Fuente: Elaboración propia con datos de CENACE. 

Gas Natural: La Fuente Energética Más Económica y Limpia

La transición energética está en marcha y con un constante crecimiento en el interés de las empresas para generar e impulsar energías más amigables con el medio ambiente en sus procesos productivos, el gas natural genera el esquema que participa para la reducción de emisiones de carbono. Además, ofrece la flexibilidad en el camino que conlleva la dirección a la transición de las energías renovables. 

El gas natural es una opción más limpia y segura en comparación con otros combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, mostrando nuevas oportunidades sobre los retos que conlleva la descarbonización en México. Su menor impacto en la emisión de gases de efecto invernadero, la calidad del aire, el agua y el suelo, y su mayor seguridad lo hacen una opción más sostenible para la producción de energía. 

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